El trastorno es una situación perversa de la que uno no puede escapar, y de la que se avergüenza porque implica la debilidad de la falta de control y, por tanto, no se puede expresar claramente. Es impúdico por sí mismo ya que es un ataque al uno y al otro y porque socialmente es repudiado. El trastorno se mantiene escondido, no sólo porque uno se avergüence de él, y porque se tema el rechazo de los otros al conocerlo sino porque se sabe de su poder. El trastorno es peligroso. La consecuencia del trastorno, ya sea la autodestrucción o la destrucción del otro, hasta límites que se consideran criminales, siempre tiene algo no sólo de enfermo sino también de peligroso. Es una enfermedad que no viene del exterior, ni del destino, como algo inevitable, sino que viene de uno mismo. La lucha es contra uno mismo, contra la incapacidad de uno para mantenerse en equilibrio. Puede ser o no consecuencia de una injusticia exterior, pero independientemente de lo que lo causó, consiste en una negación de la realidad y de la necesidad, una respuesta en contra de la aceptación de los límites de lo que hay. Es la lucha contra los límites de la condición humana.
Bourdieu, Pierre. Razones Prácticas, Ed.Anagrama. Barclona. 1997.
David Nebreda. cuchillos.
me encanta Bourdieu, tan claro, tan simplemente claro..
ResponderEliminar...y me gusta tu blog. parece mentira, pero no lo conocía!
ResponderEliminargraciaaaas!
Eliminarlo estoy retomando poco a poco! ahora tengo otro en donde pongo solo cosas de trabajo!
ResponderEliminarhttp://soyjorgegarcia.wordpress.com/